Recuerdos de una tarde que espero

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Metí las manos en mis bolsillos,
guardé la risa para momentos felices,
a veces no se puede fingir.

Mientras mis ojos caían al suelo
para terminar el cuadro perfecto de un triste,
el destino me contradice,
y avienta unos dados al aire por mi.

Siempre hay otras opciones.
me sale una sonrisa, con miedo.

el destino es firme,
la casualidad etérea.

Hay voces que llegan de más lejos
y le dan sentido a todo.

Aquí en esta orilla

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Abrazo la historia que nos cuenta,
recorro cada linea con tristeza.
Quisiera que fuera tu piel.
Quisiera que fueran mis manos.

Aunque sonrío al presente
tanto al tuyo como al mío,
Como quisiera verte.
Quisiera verte siempre.

me viene a la mente
aquel poema de Buesa,

"Y así, las dos orillas, tu corazón y el mío,
pues, aunque las separa la corriente de un río,
por debajo del río se unen secretamente. "

Al dedo.
Sólo que en este caso es el oceano atlántico, y otras cosas.

Dedicado para Angélica Sandoval.